jueves, 9 de junio de 2011

Prueba Bmw 530d (F-10)



“Lo cortés, no quita lo valiente”. Una frase a la que Bmw se ha querido aferrar al máximo con el nuevo Serie 5.

Como todos sabemos, el serie 5, es una berlina de lujo de 4 puertas con un amplio maletero y que siempre se ha caracterizado por su calidad y comodidad. Por supuesto, estamos hablando de un Bmw y esto no solo implica llevar un logo en el portón trasero, otro en el morro y otro en el volante… No.
A lo largo de su historia, Bmw, ha sabido combinar la deportividad y el confort hasta tal punto que da igual el modelo que escojas, desde un Serie 1 hasta un Serie 7, que siempre será un coche ágil, dinámico, versátil, cómodo y divertido. El serie 5, no es una excepción y parte del mérito de esta deportividad, viene dada por la propulsión trasera a la que Bmw se aferra desde sus inicios .
Esta deportividad no es solo cuestión del eje con el que trasmite la potencia al suelo, el chasis y el motor también juegan un papel fundamental.

En este caso, la unidad de prueba es un 530d, que monta un propulsor diesel de 6 cilindros en línea y 3.000cc con un par de 500nm. Como os podéis imaginar, tiene potencia de sobra, para cualquier situación, aunque al ser un motor diesel de ultima generación e incorporar la tecnología Common Rail, es bastante flojo de sensaciones comparado con el motor equivalente en el modelo anterior, aunque esto más que un inconveniente, puede ser un punto a favor de la suavidad de marcha del coche.  


Este modelo, incorpora una transmisión automática de 8 velocidades, que podría hacer el coche bastante aburrido por la suavidad de los cambios y el bajo régimen de revoluciones cuando circulamos por la autopista, pero no lo hace. Y no lo hace, porque a demás de poder cambiar manualmente, ya sea en la palanca de cambios o en las levas en el volante – que pueden pedirse como opción –,  a la izquierda de la palanca de cambios hay dos teclas cuya función es configurar el coche según tu estado anímico.

El modo normal, es perfecto para ciudad y viajes largos, debido a su suavidad y progresividad. En sport, el tacto del acelerador se vuelve más sensible, la suspensión un poquito más dura y el cambio de marchas deja de intentar optimizar el consumo, retardando los cambios de marcha, como mínimo hasta las 2.500rpm – esto depende de la alegría del pie derecho –. Y queda el último modo, llamado también Sport pero con un + al final de esta palabra. Este es igual que el sport, salvo que se desactiva parcialmente el control de tracción.

El hecho de que los controles sean más permisivos en este modo, no es motivo de alarma, porque el coche va a permitir que la parte trasera se mueva, ni mucho ni poco, lo suficiente para dejar entrever una sonrisa en la cara del conductor.
Con el modo Sport + activado el 530d , es capaz de catapultarse a 100km/h en 6,3 y seguir hasta una velocidad máxima de 250km/h autolimitada, lo que es sorprendente  para un coche de 4,9 metros y 1800kg, que tiene un consumo homologado de 7,7 l/100km.


Pero esto no es lo mas sorprendente. Lo realmente sorprendente es la cantidad de tecnologia que hay en tan poco espacio.

Desde el momento en el que coges la llave, por llamarla de alguna manera – Y digo esto, porque el coche dispone de arranque sin llave – de serie en todos los modelos –  y en el caso de esta unidad, de “key less go”. Un sistema que nos permite abrir y cerrar el coche, sin necesidad de sacar la llave del bolsillo. Basta con poner la mano en uno de los tiradores para abrir, y presionar el tirador hacia abajo para cerrar.

Como es de suponer, la cosa empieza en la llave, pero no acaba ahí, ni mucho menos. En cuanto te montas, debes tomarte tu tiempo para ajustar a tu gusto los asientos confort – que no son de serie –, la regulación eléctrica del volante y la de los espejos retrovisores, cosa que no es cuestión de 1 segundo dadas las muchas opciones de configuración posibles.

Una vez hecho esto, podemos proceder a arrancar el motor pulsando el botón start/stop y aquí es cuando empieza el espectáculo. Parece que estas en una nave espacial, cuando se activa el Head up display (HUD), se enciende la  enorme pantalla del navegador y el “cuadro de mandos” se ilumina por completo.

A la izquierda del volante y debajo del mando de las luces, hay una serie de botones con los que puedes controlar la mayoría de los gadgets interesantes del coche: HUD, asistente de cambio de carril – si esta activado, y nos cambiamos de carril involuntariamente el volante vibrara hasta que dejemos de pisar la ralla que delimita nuestro carril – , avisador de distancia con el vehículo que nos precede y el botón para activar el control de crucero activo.
El HUD, es un avance tecnológico increíble, ya que contribuye a evitar distracciones innecesarias, mostrándote la velocidad a la que circulamos, la velocidad a la que tenemos configurado el control de crucero, las indicaciones con flechas del navegador y el límite de velocidad que tiene la vía por la que circulamos, y todo esto, sin tener que apartar la vista de la carretera. Increíble.

Pero la cosa no acaba ahí, el remate final esta en el Control de Crucero Activo y el Park Assist, del que hablaremos mas adelante.
El Control de Crucero – que funciona a partir de 30 km/h –, no solo tiene la capacidad de mantener y regular la distancia con el coche de delante, como podemos observar en la foto de la derecha, sino que tiene una función añadida llamada Stop & Go.
Esta función es muy útil para cuando hay alguna retención, porque el coche se va a detener solo sin tener que tocar siquiera el pedal del freno – aunque recomiendo tener el pie cerca, por si falla, cosa que dudo. Pero mas vale prevenir…. –, y con pulsar una tecla en el volante con las siglas RES (resetear), el coche reanudara la marcha, siempre y cuando el coche que tenemos delante, se este moviendo.



Como he dicho antes, la cosa todavía no acaba aquí. No… todavía hay más.
Mi sorpresa fue, al llegar a mi casa y aparcar. Activé el Park Assist y una P de color azul apareció encima de una representación del coche en la pantalla del  navegador, seguido de un aviso que dice así: “Ponga la marcha atrás y retire las manos del volante”.

He de reconocer, que la primera vez – De las 7 que lo hice – fui un poco reacio a dejar que el coche de 80.000€, que me habían dejado, aparcara él solo, en un hueco de unos 6 metros de largo.

Hice lo que las instrucciones me pedian. Solté las manos del volante, puse el cambio en la posición R y fui soltando el ferno poco a poco, provocando que el volante tomara vida propia.
No pude contener una carcajada de emoción al ver que un coche de casi 5 metros de largo, estaba aparcando solo en un sitio no mucho mas grande que él mismo.
Puse el cambio en P, activé el freno de mano con un botón situado a la izquierda de los mandos del idrive – sistema con el que se controla el navegador y el soporte multimedia. Radio, CD, iPod, TV.. etc – , entre la palanca de cambios y el apoyabrazos delantero.

Antes de bajarme del coche, estuve un rato “jugueteando” con el navegador y he de decir que es el mejor navegador del mercado. Mejor que el de Porsche, mejor que el de Audi y como ya sabéis por la prueba del C63 AMG, mejor que el de Mercedes.


Es bastante intuitivo y a la vez rápido, gracias a los botones de control del idrive – compuesto por una rueda de control, y varios botones de acceso directo a la navegación ,radio, cd, menú y teléfono – y sobre todo, gracias a que ya no utiliza un DVD como soporte digital, sino que los mapas están grabados en  un disco duro, en el que además puedes grabar tus canciones favoritas.

A eso de las 4 de la tarde, mientras pensaba en el gran coche que acababa de aparcar, me di cuenta de lo cerca que esta este coche y los automóviles en general, de poder ser completamente autónomos. Llegará un día en el que solo nos necesitarán, para que les paguemos la gasolina.

En definitiva, es un coche rápido, cómodo, con un consumo bastante moderado para el motor que lleva, divertido y tecnológicamente superior.

No esperaba menos, de un Bmw.


P.S. Todos estos avances tecnológicos, por supuesto, no vienen de serie


Toni Rodríguez

Se que cuesta creerlo... Pero es cierto.

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